A muchas chicas no les importaría recibir ese tipo de atención médica. Pero simplemente no conocen a esos médicos, y les da demasiada vergüenza pedir que se añada a su historial médico. Fíjate en el fervor con el que la tratan en el minuto 9 del vídeo, hasta deseé haber ido yo a la facultad de medicina.
Ojalá tuviera una ayudante así, habría elegido una mesa de cocina más suave para ella. Aunque tengo que reconocer su mérito - el vídeo es genial, la chica es un fuego y una ráfaga de emociones presentes, incluso para que usted puede poner un pulgar hacia arriba. Es interesante, por cierto, cómo no arruinaron la mesa a tal ritmo, después de todo, un hombre negro no era demasiado ceremonioso con su asistente, era un poco duro.